Anthony de Mello escribió este cuento de las Piedritas. Te animo a que exploremos juntos su moraleja, que puede ayudarnos en estos tiempos que vivimos.

 

“Cuentan que una vez un hombre caminaba por la playa en una noche de luna llena mientras pensaba:

  • Si tuviera un coche nuevo, sería feliz.
  • Si tuviera una casa grande, sería feliz.
  • Si tuviera un excelente trabajo, sería feliz.
  • Si tuviera una pareja perfecta, sería feliz.

En ese momento, tropezó con una bolsita llena de piedras y empezó a tirarlas una por una al mar cada vez que decía: “Sería feliz si tuviera…”

Así lo hizo hasta que solamente quedaba una piedrita en la bolsa, la cual guardó. Al llegar a su casa se dio cuenta de que aquella piedrita era un diamante muy valioso. ¿Te imaginas cuantos diamantes arrojó al mar sin detenerse y apreciarlos?”

 

 

¿Cuántos de nosotros y de nosotras arrojamos nuestros preciosos tesoros por estar esperando lo que creemos perfecto o soñado y deseando lo que no se tiene, sin darle valor a lo que tenemos a nuestro alrededor?

Como suelo decir en las formaciones de mindfulness, nuestra mente divaga tanto entre el pasado y el futuro que pocas veces recala en el momento presente. Nuestra felicidad parece depender a menudo de lo que no soy, de lo que no tengo, de lo que me falta… casi siempre está asociada a un tiempo futuro. El “seré feliz cuando….”.

Pero no nos damos cuenta, de que si no podemos ser felices aquí y ahora, no lo seremos jamás. Estamos viviendo tiempos difíciles y desafiantes en esta crisis provocada por el coronavirus. Nos enfrentamos a problemas diversos, cada persona con los suyos propios, y eso está ahí.

Pero a pesar de todo, quizás no estamos siendo conscientes de lo que hay en nosotros y en nosotras y a nuestro alrededor. Si pudiéramos conectar con el presente, quizás nos demos cuenta de todo lo que ya somos, de todo lo que ya tenemos… podemos llegar a sentirnos afortunados y afortunadas. Podemos observar todo lo que, más allá de lo que “no tengo” o “no soy”, ya poseo o ya está en mí. ¿Vas a recordar el Cuento de las Piedritas?.

Hay oportunidades para conectarnos con esa presencia, con la gratitud y la felicidad. Algo que está a nuestro alcance. Incluso en tiempos del cononavirus, cada uno de nuestros días es un diamante precioso, valioso e irreemplazable. Estamos con vida y la vida hay que vivirla.

Un día en el que amar o sentirme amado o amada. Un día en el aprender, compartir, experimentar, descubrir…

Si lanzamos nuestros diamantes al mar, quizás nunca los recuperemos.

Te deseo mucha salud y felicidad.

 

Mª Pilar Biota

 

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