A veces parece que la vida se pone cuesta arriba… y llega un punto en que nos sentimos con tanto cansancio que tenemos ganas de tirar la toalla. Ahora mismo, estamos viviendo un momento crítico en la sociedad y quizás acumulemos rabia y enfado, desánimo y preocupación, miedo y ansiedad… Necesitamos cultivar la resiliencia y el mindfulness nos ayuda a conseguirlo. ¡No te rindas!
La resiliencia es la capacidad de afrontar y superar los desafíos, los problemas y las adversidades de la vida. Saliendo incluso, a veces, de esas situaciones con más fortaleza o con algún aprendizaje.
Significa caerse y volver a levantarse, no dejar de luchar. Conectarse con que la vida merece la pena ser vivida, pase lo que pase. Sólo en el presente podemos seguir caminando hacia adelante. Sin los lastres del pasado y sin las angustias por el futuro.
En el espacio del ser, habita la luz que nos guía en medio de la oscuridad, brindándonos su esperanza y su ilusión por un nuevo renacer. Como el ave fénix que resurge de sus cenizas, así podemos también nosotros y nosotras, darnos el apoyo y el empuje que necesitamos en cada momento, para echar a volar más allá de las limitaciones que desde la mente nos hemos impuesto.
En vez de un diálogo interior destructivo: “no puedo”, “no sirvo”, “jamás lo conseguiré”; nos aferramos al auto cuidado y auto acompañamiento para motivarnos, impulsarnos y seguir evolucionando. Porque hay un mundo ahí fuera que nos está esperando, si somos capaces de conectar con nuestros anhelos más profundos y luchar por ellos.
«No te rindas, aún estás a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje, perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme, aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento.
Aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero,
porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas, quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron,
vivir la vida y aceptar el reto.
Recuperar la risa, ensayar un canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos. (…)
Porque cada día es un comienzo nuevo,
porque esta es la hora y el mejor momento.
porque no estás sol@, porque yo te quiero.”
Mario Benedetti
Te deseo que todo te vaya muy bien y tengas mucha salud y bienestar.
Mª Pilar Biota
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