“Sé feliz en el momento, es suficiente. El momento presente en lo único que necesitamos, nada más» Madre Teresa de Calcuta
Hace ya unos años, se realizó una investigación que arrojó luz sobre la búsqueda de la felicidad. Quizás la mayoría de nosotros hemos estado buscando la felicidad en diferentes lugares y condiciones y resulta que la felicidad no se encuentra en las cosas externas, sino que la capacidad de ser felices es un poder que tenemos dentro de nosotros mismos y que podemos desarrollar. Según este estudio, Mindfulness es el secreto de la felicidad.
El investigador de Harvard Matt Killingsworth, creó una aplicación en un intento de responder la pregunta «¿qué nos hace felices?» de una vez por todas, y los resultados fueron reveladores. Según los datos del Sr. Killingworth, somos más felices cuando somos conscientes del momento y menos felices cuando la mente está divagando.
Este estudio tomó una gran muestra de 15.000 individuos. La muestra fue diversa: incluyó personas de variados niveles socio-económicos, con diferentes niveles de educación, edad, ocupación, ingresos y estado civil. Se recogieron datos en 80 países.
¿EN QUÉ CONSISTÍA EL ESTUDIO?
La premisa era simple: durante todo el día, en momentos aleatorios, se contactó a los participantes a través de sus teléfonos y se les pidió que calificaran su nivel de felicidad actual, en qué actividad estaban involucrados cuando recibieron la llamada y si su mente estaba divagando o no de la actividad que realizaban.
Al final resultó que, lo que hizo feliz a la gente tuvo mucho menos que ver con lo que estaban haciendo y mucho más que ver con si su atención estaba totalmente presente en el momento.
Las personas que se centraron en su experiencia del momento presente (en otras palabras, las personas que estaban siendo «conscientes») fueron significativamente más felices que las personas cuyas mentes se alejaron del momento.
Se puede presuponer que las personas que dejan que sus mentes vaguen hacia pensamientos felices habrían sido felices, ¿verdad? – y es cierto que las personas cuyas mentes deambularon hacia pensamientos felices estaban un poco mejor que aquellas cuyas mentes vagaron por preocupaciones o arrepentimientos. Pero las personas que dejaban que sus mentes se distrajeran hacia cosas agradables aún no eran tan felices como las personas que mantenían sus mentes en el momento.
Incluso si la actividad en cuestión se consideraba desagradable, las personas aún estaban más felices cuando dedicaban toda su atención al ahora.
LA IMPORTANCIA DEL MOMENTO PRESENTE
Existe mucha investigación previa que respalda los hallazgos de Killingsworth. Sabemos, por ejemplo, que el dinero en sí mismo no nos hace felices. Los estudios han demostrado que, mientras se satisfagan las necesidades básicas hasta cierto nivel (como por ejemplo, alimentos, vivienda, educación u ocio), la riqueza y los bienes materiales adicionales tienen poca relación con una felicidad añadida.
El Dr. Mihaly Chentmihalyi, autoridad líder en psicología positiva, estudió ampliamente la felicidad en la década de 1960 y obtuvo los mismos resultados que Killingsworth. Habló de que el estado pico de los seres humanos es un estado que llamó «flujo».
Según Killingsworth, la mente de las personas promedio deambula alrededor del 47% de nuestro día, y cuando la mente divaga, no nos sentimos felices. Cuando nuestra mente se distrae y divaga es propensa a enfrascarse en pensamientos desadaptativos que comprometen seriamente nuestra felicidad. Pasar tanto tiempo con la mente errante nos hace vulnerables a la depresión, el estrés, la ansiedad y otras emociones negativas.
A medida que muchas personas continúan buscando la gratificación externa como única fuente de felicidad, pasan por alto que es su mente errante una fuente importante de su descontento.
Este gran estudio de Killingsworth apoya el creciente cuerpo de investigación sobre los poderosos efectos de la atención plena. Los datos nos muestran lo que las tradiciones de sabiduría han enseñado durante mucho tiempo, que las claves para la felicidad, para el verdadero bienestar y la realización, dependen no tanto de las circunstancias externas de nuestras vidas, sino del estado de nuestras mentes y la calidad de nuestra consciencia.
MINDFULNESS COMO AYUDA EN NUESTRA VIDA
Las circunstancias adversas de la vida, los desafíos y los problemas nos afectan, eso es cierto. Pero aprender a gestionar de forma adaptativa nuestro estado mental, físico y emocional es determinante para poder afrontar y superar esas situaciones, que por otra parte, son consustanciales a la vida misma. Es posible encontrar calma y equilibrio en mitad de la tormenta y la práctica del mindfulness nos ayuda a conseguirlo.
El cultivo de la atención plena y el ser conscientes de nuestra mente errante para poder reconducirla donde nosotros queramos en cada momento, tiene un impacto muy positivo en nuestra vida, nuestra salud y nuestra felicidad.
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Mª Pilar Biota
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